Cuenta una leyenda china que cada uno de nosotros tenemos un hilo rojo invisible atado en nuestro dedo meñique, el cual nos une a otras personas a las que estamos destinados a conocer.
Dicen que el hilo puede estirarse o enredarse pero jamás romperse.
Esta es una de las versiones de la leyenda que circula por la web.
" Hace mucho tiempo, un emperador se enteró de que en una de las provincias de su reino vivía una bruja muy poderosa que tenía la capacidad de poder ver el hilo rojo del destino y la mandó traer ante su presencia.
Cuando la bruja llegó, el emperador le ordenó que buscara el otro extremo del hilo que llevaba atado en su meñique y así lo llevara ante quien sería su esposa. La bruja accedió a su petición y comenzó a seguir y seguir el hilo. Esta búsqueda los llevó hasta un mercado en donde una pobre campesina con una bebé en los brazos ofrecía sus productos.
Al llegar hasta donde estaba la campesina, se detuvo frente a ella y le dijo al emperador: "Aquí termina tu hilo". Al escuchar esto el emperador enfureció creyendo que era una burla de la bruja, empujó a la campesina que aún llevaba a su pequeña bebé en brazos y la hizo caer haciendo que la bebé se hiciera una gran herida en la frente. El emperador ordenó a sus guardias que cogieran a la bruja y le cortaran la cabeza.
Muchos años después, llegó el momento en el que el emperador debía casarse y su corte le recomendó que lo mejor era que desposara a la hija de un general muy poderoso. Aceptó y llegó el día de la boda y el momento de ver por primera vez la cara de su esposa, la cual entró en el templo con un hermoso vestido y un velo que la cubría totalmente.
Al levantarle el velo vio por primera vez que ese hermoso rostro tenía una cicatriz muy peculiar en la frente".
Es una leyenda. Al emperador habría que darle de hostias. Pero que bonito es pensar que pudiera ser cierto. Que pudiéramos estar unidos por un hilo rojo a las personas a las que estamos predestinadas.
Hay gente que se lo tatúa.
Besos Miles.
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